En la mitología
maya se justifica el sacrificio como un método para mantener el orden del
cosmos, de la relación de los dioses y los hombres. Los dioses crearon a los
hombres con la única finalidad de que los adoraran, al crearlos hicieron su
cuerpo con maíz amarillo y blanco de eso se hizo su sangre, y los hombres eran consientes de que esto venía de
los dioses y por la tanto debían pagar y agradecer esto mediante el rito, a
través del sacrificio de sangre, ya fuese de animales o humanos.
El sacrificio
también se realizaba con la finalidad de pedir a los dioses favores o
protección, por ejemplo una buena cosecha, las lluvias, el triunfo en la
guerra, entre otros, en el Popol Vuh
o el libro del consejo, el sacrificio se hace presente cuando Tohil crea el
fuego para su pueblo y los otros pueblos que se mueren de frío se acercan a los
sacerdotes y sacrificadores del dios, para pedir fuego para calentarse y Tohil
exige el corazón para poder otorgarles el fuego. “Bueno ¿querrán dar su pecho y
su sobaco? ¿Quieren sus corazones que yo Tohil los estreche entre mis brazos?
Pero si así no lo desean, tampoco les daré su fuego, respondió Tohil” y desde
ese momento quedó establecido el sacrificio humano como el medio de pago para
conseguir algún favor de los dioses
El término no
solo se encuentra en este pasaje del popol
vuh, se repite más adelante cuando los dioses hablan a las tribus y les
dicen “venid a darnos un poco de vuestra sangre, tened compasión de nosotros,
quedaos con el pelo de los venados”. En este caso la finalidad del sacrificio
era alimentar a los dioses, devolverles la fuerza vital de la sangre, más
adelante en el mismo capítulo dice “y cuando la sangre había sido bebida por
los dioses, al punto hablaba la piedra cuando llegaban los sacerdotes y los
sacrificadores, cuando iban a llevarles sus ofrendas”.
Otra forma de
sacrificio era la automortificación, donde los sacrificadores, se cortaban o
punzaban el cuerpo para ofrecer sangre a su dios, en el Popol Vuh los sacerdotes de Tohil, lo realizan para ofrendar su
propia sangre “luego se punzaban las orejas y los brazos ante la divinidad,
recogían la sangre y la ponían en el vaso junto a la piedra”.
Los sacrificios
también eran un tributo de guerra, los sacrificios humanos se realizaban
generalmente con los hombres de los pueblos que eran vencidos en los combates,
como ofrenda para el dios los sacerdotes en el Popol Vuh van secuestrando a los hombres de las tribus para
sacrificarlos.
En el texto, el “Chac
Mool” de Carlos Fuentes se encuentra otro tipo de sacrificio a los dioses, el
servicio, ocasionado por el miedo y la obligación de hacer todo lo que el dios
necesite, solo por el simple hecho de su divinidad y de la intimidación que le
genera a Filiberto, el humano que compra la estatua del Chac Mool, sin tener la
menor idea que este es el verdadero dios maya de la lluvia y el trueno, que
cobra vida al entrar en contacto nuevamente con su elemento vital, el agua.
El dios al recuperar
su vida hace que Filiberto le sirva como una especie de sacerdote al
proporcionarle sacrificios, buscándole agua para mantenerse con vida, “el Chac Mool ha descubierto una fuente
publica a dos cuadras de aquí, todos los días hago diez o doce viajes por agua”.
Se puede observar similitud al ofrecimiento de sangre que hacen en el Popol Vuh para que los dioses vivan y hablen
con los sacerdotes, del mismo modo Filiberto ofrece el elemento vital al
dios para que este viva.
Filiberto
sacrifica su libertad, su casa, su trabajo su dinero para servir al dios, pero
el Chac Mool es cada vez más cruel y lo maltrata. Ocupa con su presencia todo
lo que es de Filiberto, con su olor a sangre e incienso que refuerza su
presencia y que además es una alusión a los antiguos rituales y sacrificios que
se realizaban en su honor, pues en la vasija que lleva en el vientre se
colocaban la sangre y los corazones de los sacrificados.
Filiberto huye a
Acapulco, donde muere ahogado, no hay que olvidar que el dios Chac no es solo dios
de la lluvia, sino también del agua en la tierra, es decir, de los mares, lagos
y ríos, la muerte de Filiberto se puede analizar como el sacrificio final,
entregar la vida al dios a través del agua, es decir, representa el agua un
elemento que no solo es visto como dador de vida sino también como generadora
de muerte, de este modo Filiberto otorga su vida que era lo último que le
faltaba dar.
La muerte de Filiberto al ocurrir en el agua
también puede ser vista como una forma de regresar al dios, en las mitologías
prehispánicas los dioses crearon a los hombres y deben agradecer con su vida, regresar a ellos
a través de la muerte, de allí que
Filiberto se ahogue, de este modo vuelve al dios para tener una vida diferente
que en la historia no termina de quedar clara, dado que Chac Mool pide que lo
lleven al sótano donde se asume que iniciará su nueva fase.
En la antigüedad
al dios de la lluvia se le sacrificaban, hombres jóvenes especialmente niños y
mujeres vírgenes que eran decapitados o arrojados por precipicios con joyas
preciosas para de este modo evitar las sequías y las hambrunas, es decir, para
mantener ese equilibrio en el cosmos, para agradecer a los dioses por sus
bonanzas y para evitar las desgracias, el sacrificio humano alimentaba a los
dioses con la vida de los hombres, esta es la razón de su importancia en la
cultura y la religión maya.
Naybí Chacón
Interesante texto... Es verdad, Carlos Fuentes parece ofrecernos otra perspectiva de lo que implica el sacrificio, es más, logra presentarnos a partir de eso, las relaciones, un tanto disfuncionales, que se establecen entre los seres humanos de nuestros días y la deidad.
ResponderEliminarInteresante texto... Es verdad, Carlos Fuentes parece ofrecernos otra perspectiva de lo que implica el sacrificio, es más, logra presentarnos a partir de eso, las relaciones, un tanto disfuncionales, que se establecen entre los seres humanos de nuestros días y la deidad.
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